Ay, chinita, dime que sí
ay, chinita , dame tu amor
Hay tienen a unos leales compañeros solucionando una ligera carraspera
a su Secretario General
No son pocos los que recurren a la inveterada
jaculatoria desacralizada de “San Cucufato, San Cucufato hasta que no aparezca,
los cojones no te desato” como último recurso para que aparezca lo perdido.
No le rindo ganancias al Santo Varón aludido, si el
mismo ha sido invocado por nuestros dirigentes políticos en la búsqueda del
ansiado Gobierno perdido.
Todos los días nos desayunamos con sesudas
reflexiones de dirigentes políticos de ambos lados del río Pecos, que más allá
de sus posicionamientos políticos al respecto de los posibles acuerdos a suscribir a diestra o siniestra,
a todos les une una escalofriante característica: Hablan en nombre de su
formación política, como propia, y de sus militantes como hombres o mujeres sin cualidades. Son los nuevos augures:
Descifran los signos de la voluntad de los dioses, manifestada sin previa solicitud. Con solo declarar que los auspicios son desfavorables, pueden anular asambleas, elecciones o cualquier resolución.
A demás sin rubor alguno
suelen proponer lo que en sus respectivas responsabilidades políticas o institucionales
no hacen. Vamos otro clásico Español: Haz lo que yo digo y no lo que hago.
Ayer fulanito de X, hoy menganito de Y, y todos y
cada uno de ellos con una visión tan particular y singular que más que
clarificar aun enfangan más la cuestión.
Hoy nos encontramos con otro desinteresado derramamiento de gasolina al, ya
por si mismo, avivado fuego: No pongas tus manos sobre el PSOE.
Con elegancia, finura y ciertas dosis poéticas concluyen
sus legítimas consideraciones haciendo alusión a una novela, que en parecidos
términos literarios a la frase que da título al artículo introduce el adjetivo “sucias”.
Yo hubiera utilizado el título de la canción de mis
admirados Siniestro Total: Fuera las manos chinas del Vietnam socialista.
No sé si Susanita tiene un ratón o si le da bolitas
de anís, pero que a San Pedro Cucufato le tiene atadas, y bien atadas sus partes
verendas, y por dar le da de todo menos tregua o descanso.
Ay, chinita, espérame
vamos los dos juntos a tomar el té
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