Gallinita, gallinita ¿Qué se te ha perdido en el pajar?
Una aguja y un dedal
Da tres vueltas y la encontrarás
De chaval, cada vez
que jugábamos un partido a la pelota (decir futbol era engañarnos todos), aplicábamos
una serie de reglas no escritas. Estas consistían en una serie de códigos por
todos aceptados. En algunos casos se aplicaban sin mucha dificultad como “echar
a pies” los auto-proclamados, pero con la anuencia de todos como capitanes,
para elegir primero y luego en riguroso orden, a los componentes de los
respectivos equipos. El que ponía la pelota era la persona a que se le
solicitaba participar en el juego ya comenzado, asignándole equipo. Penalti y
gol era gol. El que tira fuera va por ella. El que rompe paga,…,
En otras ocasiones las reglas aplicadas podían
ser brevemente contradecidas, como por ejemplo: A falta de postes, suplidas por
carteras o prendas, si el tiro había sido alto o gol. Si había sido penalti o
falta ante la inexistente rotulación del campo. Si el chut se podía declarar
nulo por haber tirado fuerte. Mano o pecho,…,
No he conocido mejor sistema de auto
organización, aplicación de normas consuetudinarias, y aceptación de su
resultado que este. A Piotr Alekséyevich Kropotkin se le caerían lágrimas
como puños.
Pero había una negociación que, por inverosímil
que fuera, se podía plantear al margen de cómo fuese el resultado: El que meta
el último gol gana. Jamás aceptado el reto, nadie de los perdedores del mismo,
cuestionaba la victoria pese haber ido ganado el partido por un amplio
resultado.
Esta regla algún avispado, pero mal
jugador de mus, ha intentado aplicarla tras haber perdido una partida en este
juego, bajo el nombre del “perdiolo”: perdiendo todo, al final gano. La
diferencia estriba, en este caso, en un intento desesperado de evitar medir la
barra.
Con los resultados en la mano de las
últimas elecciones, parece que las reglas para todos aplicables (estas
perfectamente definidas) algunos quieren aplicar su particular “perdiolo”.
¿Qué el resultado electoral ha supuesto
un hecho político hasta ahora no producido? De acuerdo. ¿Qué la actual
composición de las cámaras ha supuesto una amplia renovación de los actores
políticos? En más que evidente. ¿Qué las expectativas y proyecciones de
votos a algunos les ha dejado absolutamente insatisfechos? Pues que se lo hagan
ver. ¿Qué todos los participantes auguraban y querían un nuevo tiempo? Pues
helo aquí.
Si nadie puede atribuirse la victoria en
términos absolutos es consecuencia de que el electorado así lo ha querido, pese
que a algunos les escueza.
Así las cosas, no solo se pretende demonizar
a quienes desde su resultado electoral pretendan configurar mayorías de
progreso o conservadoras, sino que se pretende deslegitimar tal proceso desde “supuestas”
líneas rojas que solo en sus pensamientos pudieran existir. Ni en sus programas
se contemplaban, ni en sus campañas se explicitaron y, viendo sus resultados,
tampoco son avaladas por los electores: El referéndum es un “entretenimiento cortesano”.
Personalmente pienso que, y hasta ahora la opción
política a la que apoyé también, no puedo hablar de victoria electoral, si
quiera de buen resultado, pero no es de recibo que se pretenda impedir aplicar
el símil más arriba expuesto: Quien meta el gol gana, y eso solo es posible
reconociendo que pese no haber realizado más goles que el rival pueda poner fin
a la contienda con la mayor implicación de fuerzas políticas y admitir el
resultado: EL ACUERDO.
Como se dice en el mundo leguleyo, más vale un mal acuerdo que un buen
pleito, y siendo apetecible desde nuestra “idiosincrasia hispánica” el litigar
desde el Si o el No respecto el modelo territorial, es más sensato el abordar
un mayor paquete de necesidades legislativas para la sociedad española que
aqueja una serie de graves problemas a la que algunos (autoproclamados sus legítimos
representantes), hacen oídos sordos.
Me irritaría profundamente que no se intentase, no desde la ñoña expresión “es
más lo que nos une que lo que nos separa” mentira donde la haya, sino desde la
implicación de las llamadas fuerzas de progreso a buscar soluciones a los
graves problemas que tiene el país que, en el caso de la clase trabajadora y
los más desfavorecidos de la sociedad se ceba con ellos hasta someterlos a la
más autentica de las miserias.
Unos prefieren jugar a la
pelota, otros al futbol, yo me quedo con los primeros, los segundos solo buscan
titulares en sus periódicos de referencia.
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