"No hay que ir a las huelgas desorganizados y ciegamente, ni cuando intencionadamente las provoque el adversario. Por el contrario, hay que prevenirse bien, hay que organizarse mucho y saber de antemano los resultados que se pueden alcanzar. Donde no hay organización ni cálculo ni los medios complementarios que necesitan aquellas para dar buen fruto, se esconde una victoria patronal, un triunfo de los enemigos del trabajo".
En esta ocasión os traigo una parte del alegato realizado por el letrado Ramón Arronte Girón, militar y, como el mismo se describe, no suscriptor de las doctrinas de sus defendidos y cristiano, pero valiente, audaz, y brillante, como abogado defensor en la Causa General contra el derecho a Huelga y las organizaciones sindicales convocantes de HUELGA GENERAL DE AGOSTO DE 1917.
Sus defendidos no requieren presentación: Besteiro, Largo Caballero, Anguiano y Saborit, ni tampoco mayores adjetivos.
Son prácticamente CIEN los años transcurridos desde aquellos acontecimientos, y a tenor de lo que en breves fechas va a ocurrir con la celebración del Juicio a los Ocho de Airbus, parece que todo sigue igual.
Si estimáis a bien, disfrutar del texto y sacar vuestras conclusiones.
DEFENSA DE ANGUIANO, BESTEIRO,
LARGO CABALLERO Y SABORIT, POR EL CAPITAN DEL REGIMIENTO DE INFANTERIA DE LEON
DON RAMON ARRONTE GIRON
HUELGA GENERAL 1917
“Y, sin embargo, ninguno de esos delitos han sido
cometidos, lo que a mis defendidos les es imputable; se haya tan lejos de los
artículos en que se les incluye, que me revela a mí mismo de largas
disertaciones.
Los Señores Largo Caballero,
Anguiano y Saborit;
como mandatarios de las entidades obreras a las que, ostentando cargos, como
mandatarios pertenecían como directores de esas entidades, como gestores de los
intereses de las mismas que los eligieron, se encontraron con una huelga
acordada, no por ellos, que ni podían acordarla ni decretarla, sino por
aquellos que para sus cargos los designaron.
Entre las misiones a ellos encomendadas, no ilícitamente,
no de un modo subrepticio y oculto, sino a la luz del día, con toda publicidad,
dentro de los preceptos en los reglamentos de las Sociedades de que formaban
parte, aprobados por la autoridad, entre esas misiones, repito, es natural que se hallara como primordial
la de dirigir y aconsejar a los asociados en los momentos en que más precisa se
hace la dirección y el consejo, en los momentos en que aquellos haciendo uso de
un derecho perfectamente estatuido en la legislación española, iban a
declarar, o, mejor dicho, habían declarado ya una Huelga.
Negar el malestar social solo
puede hacerlo un loco, un imbécil o un malvado, este último con reprobables
fines. La carestía de los
artículos indispensables para nuestra subsistencia ha planteado un problema en
los modestos hogares de los que vivimos de nuestro trabajo, cuya solución se
busca ávidamente por los interesados con resultado negativo.
Pero el malestar aumenta de continuo, y por lo que a
la clase obrera se refiere, da la
impresión de un grito de angustia. He aquí el motivo de la Huelga.
Pero la Huelga, vuelvo a repetirlo, porque es punto
esencial para vuestro juicio, la Huelga
es un hecho lícito, es el uso de un derecho legalmente definido y estatuido, y
organizarla, dirigirla, encauzarla y aun provocarla es, por lo tanto, también
perfectamente legal, ya que el organizar, dirigir, encauzar y provocar el
ejercicio de un derecho es otro derecho innegable.
Nadie osará suponer en sus autores propósito alguno de
promover disturbios; todo lo contrario,
tratan de evitarlos,… no existe ningún indicio por el cual pueda presumirse
la existencia de los delitos a que se refiere el Ministerio Fiscal en su
escrito de acusación: han trabajado, dentro de sus medios y convicciones para
remediar estos males que van depauperando nuestra raza en aterradora progresión…No
molesto más a vuestra atención. Espero
vuestro fallo que ha de inspirarse en la más estricta justicia, fallo que
seguramente llevará la apetecida tranquilidad a los honrados hogares de mis
cuatro defendidos”
HUELGA NO ES DELITO
La vida de nuestro maestro ha tropezado con un leve obstáculo y se ha ladeado.
La muerte le ha sostenido en la caída. Iglesias es suyo.
Un silencio, amigos; un buen silencio...
Julián Zugazagoitia
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