El Marqués era un hombre ejemplar, pese que tuvo una juventud ciertamente azarosa. Sus años de mozo transcurrieron en plena sintonía e insultante exhibición de la alta alcurnia a que pertenecía, y de la que siempre se sentía deudor.
Aquellos años coincidieron con un cierto desajuste en la casa del Marqués, se rumoreaba que la constante rotación del personal del servicio se debía a un inexplicable número de embarazos no deseados que solo sabe Dios a que causa pudieran imputarse.
La llegada de la Cruzada Nacional fue una llamada al corazón de Don Fernando. Así con pronta disposición no dudo en responder a la misma. El desgarrador lamento de España y una trifulca de cartas en el casino hizo que el Marqués se presentara voluntario en la IV División Navarra. El destino y una carta del Obispo de Pamplona depararon para el Marqués un servicio más importante para la causa, encargado en Burgos de devolver a la legalidad de cuantos bienes fueran incautados a los rojos y que hubieran servido para mantener el “sin Dios” existente desde el treinta y uno. Siempre decía que en la retaguardia era donde mayores servicios se hacían a España.
A esta labor dedico denodados esfuerzos, y con resultados altamente satisfactorios, de tal forma que a los ojos de sus superiores apareció como un gran gestor y un fiel servidor de la nueva España recién nacida. Fue de esos pocos elegidos por la patria para pertenecer a casi todos los Consejos de Administración de las empresas nacionales.
En plena madurez sintió una nueva revelación. Con el advenimiento de la democracia sintió nuevamente la llamada del deber y a dicha empresa orientó, con nuevos bríos, todos sus esfuerzos. Su experiencia nuevamente al servicio de los intereses de España.
Participó activamente en dicho propósito, y como fue toda obra por él emprendida a lo largo de su vida, realizada desinteresadamente. Nuevamente con eficacia realizó el tránsito a manos de todos los españoles y españolas del ingente activo del sector público.
Pocos días antes de su fenecimiento realizó su último servicio a España, participo en la creación de la Fundación “Esto solo lo arreglamos los de siempre”. Bendita dedicación a España. Se ruega una ferviente plegaria para Don Fernando.
Continuara: Carta de una madre soltera a un hijo en el Penal de Santoña
1 comentario:
Esto solo lo arreglamos los de siempre... como siempre
saludos y salud
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