miércoles, 7 de marzo de 2012

Un paso atras, dos hacia delante, invoquemos a Don Carlos



EL CABALLERO DE MAS ARRIBA PENSO MUCHO Y BIEN, LEAMOSLO, ANALICEMOS Y ACTUEMOS


La actual situación económica y financiera mundial lleva al planeta al borde del abismo. Las recetas que durante los últimos doscientos años se aplicaban para poder paliar los efectos de la cíclicas crisis no son hoy suficientes ni adecuadas. La discusión respecto la adjetivización de la crisis entre sistémica o cíclica no deja de ser un entretenimiento de toreo de salón. La crisis es sistémica y de punto final.

Las consecuencias del ocaso de año 1.989, un modelo alternativo al capitalismo, hoy tiene paralizada a la izquierda en su globalidad, se “gripó” el motor y no había piezas de recambio ni mecánicos. La socialdemocracia se arrastra en sus propias contradicciones y falta de soluciones. A la izquierda de esta, solamente funcionan a duras penas movimientos de acopio de sentimientos, acríticos, pero muy heterodoxos en su conformación (alter mundistas).

El capitalismo fenece, la duda esta en que paliativos se le debe aplicar, ya que se corre el riesgo que, como el ahogado que bracea, arrastre a su “partenaire” al fondo tras la dialéctica mantenida a lo largo del siglo pasado. Hoy ya nadie duda que de la superación de esta fase del capitalismo se depare un nuevo hombre o socialismo redentor alguno, tal y como el marxismo tradicional sostenía.

“La ley de negación de la negación completa la anterior, explicando el modo en que se resuelve la contradicción, dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado. El primer momento del movimiento dialéctico, el de la afirmación, supone la mera existencia de una realidad; el segundo momento, el de la negación, supone la acción del elemento contrario que, en oposición con el primer momento, lo niega. El tercer momento, negando al segundo, que era ya, a su vez, la negación del primero, se presenta como el momento de la reconciliación, de la síntesis, recogiendo lo positivo de los dos momentos anteriores”.

Debemos a retomar a Marx como método de análisis pero sin los perjuicios de su interpretación con final predeterminado, la praxis que del mismo se depare será diferente a la hasta ahora conocida.

Hoy solo hay unidad de sentimientos, lo que hay que conseguir es la unidad de pensamiento, crítico y alternativo  al monocultivo neoliberal imperante.



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