Hace unos meses escribí un post que, desgraciadamente, fue premonitorio de lo acontecido en estos días con la Reforma de las pensiones, y las demás tropelías del Gobierno de España La Profecia.
Ahora escribo este para lamentar y mostrar mi cabreo por el desenlace del pulso mantenido durante estos últimos años por el Gobierno de la Nación con la izquierda, los sindicatos de clase, contra los trabajadores y trabajadoras, en definitiva contra los ciudadanos y ciudadanas.
De igual forma sirvan estas lineas para mostrar mi humilde pero absoluto apoyo a CCOO y UGT.
Esta maldita crisis no solo ha traído recorte de derechos, desmantelamiento de servicios públicos, sufrimiento en grado sumo a ingente cantidad de familias, sino que ha sido, y sigue siendo utilizada para las particulares cacerías que emprende la Derecha: En este caso para acabar con los sindicatos de clase.
Demonizar lo acordado es facilitar dicha tarea a la derecha, de la cual forma parte el Gobierno de España.
Que UGT y Comisiones Obreras se han equivocado pactando la reforma de las pensiones públicas a mi juicio es incuestionable, tanto por los postulados que defendían en recientes fechas como por las consecuencias que acarrearan a la clase trabajadora actual y futura: Un brutal recorte de derechos de los trabajadores.
No habrá pensión pública digna al jubilarse, si uno lo consigue, ni suficiente capacidad económica para la alternativa planteada como panacea: una pensión privada.
Hacer lo contrario a lo uno dice, no agotar las medidas que uno propone, desconectarse de representación política que uno dice compartir, no es ni el método ni la forma, es un error de impredecibles consecuencias, para ellos y para todos.
Pero hay que reconocer que el escenario no era el mejor: Un gobierno que dice que es socialista con una organización detrás que cuando menos ha sido cómplice por su silencio, una inexistente movilización ciudadana ante el despropósito planteado y un capital en fulgurante y fulminante actividad no puede conducirnos a calificar a los sindicatos como traidores.
Trasladar a los sindicatos, en este momento, la máxima responsabilidad de lo acontecido es falso y radicalmente un postulado de derechas. Unos sindicatos fuertes en defensa de los trabajadores y trabajadoras y una Izquierda política fuerte en defensa de los ciudadanos y ciudadanas es la única alternativa a los tiempos convulsos que vivimos.
Pienso sinceramente que debemos trasladar a los sindicatos que, a nuestro juicio se han equivocado, pero que tampoco se van a quedar solos, y que desde la movilización, desde la explicación a la sociedad de lo que esta pasando con la crisis, desde un fortalecimiento electoral, esta situación se puede revertir. Con una Ley Electoral más democrática y más justa la izquierda hubiera impedido el latrocinio cometido a los trabajadores y trabajadoras.
No cabe discurso antisindical, por formar parte del ideario de derechas, es más hay que combatirlo, hay que hacer más fuerte a los sindicatos de clase por que a la vez hacemos más fuerte a la izquierda, no esperemos que las cosas caigan de maduro (esos profetas del fin del capitalismo), solo desde la movilización y compromiso de todos el capitalismo desaparecerá. Creo que la crítica debe hacerse e incluso fomentarse, pero también creo que es el momento de aparecer con mayor claridad en términos de unidad y de fortalecernos políticamente. Las próximas citas electorales serán de vital importancia no solo para nosotros como formación política, sino para el conjunto de la izquierda y claro esta nuestros destinatarios finales: los ciudadanos y ciudadanas.
Yo, ya me pongo al tajo.
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