martes, 4 de noviembre de 2008

Manual del buen delegado de IU

“La historia en general, y la de las revoluciones en particular, es siempre más rica de contenido, más variada de formas y aspectos, más viva y más ‘astuta’ de lo que imaginan los mejores partidos, las vanguardias más conscientes de las clases más avanzadas”. (Lenin, La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo) Todo hemos utilizado en alguna ocasión la frase, la argumentación e incluso el hipotético posicionamiento de alguna celebridad en auxilio de nuestras exhortaciones públicas. Tomando una caña muy raro es quien la rebate con un mayor conocimiento del personaje en cuestión, ya sabéis: “ya lo dijo fulanito...” “recuerdo que menganito en su libro...” , retórica para lo finos “gramática parda” para los del foro. Cuando mismo estilo de exposición se realiza en foros de debate no se puede ser tan benévolo en la calificación de dicho proceder, simple y llanamente es demagogia. Demagogia (del griego, dmaggos, líder popular y dmos, pueblo) es una estrategia política que consiste en apelar a emociones (sentimientos, amores, odios, miedos, deseos) para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda. La Real Academia Española define Demagogia. (Del gr. δημαγωγία). 1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. 2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder. De esta forma también se considera como demagogia esa oratoria que permite atraer hacia los intereses propios las decisiones de los demás utilizando falacias o argumentos aparentemente válidos que, sin embargo, tras un análisis de las circunstancias, pueden resultar inválidos o simplistas. El pasado fin de semana celebró la federación de IU-Madrid su Asamblea, fase Federal, cara a la IX Asamblea de Izquierda Unida. En la misma bajo un formato clásico de debatieron los documentos existentes, se presentaron Resoluciones y se eligieron los Delega@s por esta Federación a dicha Asamblea. Las posiciones políticas se reflejaron en sus correspondientes propuestas de listas, a saber: “Nacional II” en cabezada por mi amigo Gregorio Gordo, “IU abierta” por la compañera de Rivas Tania Sánchez y el compañero Ismael González, también ripense, por las posiciones identificadas con el PCE. Como a lo largo del debate se puso de relevancia de los textos propuestos se aventuraban espacios compartidos de sus contenidos, así algunos analizan mejor el proceso de deterioro de IU, otros definían con más criterio el modelo de alianzas, otros el modelo territorial, e.t.c., hasta ahí bien, pero posteriormente en la presentación de las respectivas candidaturas volvió a aflorar esa perniciosa deriva, instalada en nuestra organización, de utilizar argumentos espurios para descalificar al contrario. Así se presentaron los depositarios de las esencias, bajo la condición de jóvenes (pura biología), marxistas (por su anticapitalismo), revolucionarios (por bolcheviques), exigentes de renovación de la dirección (algunos pedían mejor mandarlos a casa que a la base) y por supuesto anti-institucionales. Bajo dichas premisas muy respetables pero por mi parte nada compartidas, se presentaban a la vez como la lista del consenso y de la pluralidad de IU. Realmente creo que sobro o la definición del modelo o las características de la las lista presentada. ¿O no?. Por la definición de características que debiera tener quien pudiera participar en dicho “paraíso en la tierra”, yo no reunía ninguno de los mismos (el de joven es el que más me molesta lo confieso), pero en la sala algunos de los presentes y que participaban en las otras dos candidaturas si. ¿piensan que por tal desliz fueron exculpados del delito de “lesa doctrinal” una vez recontados los votos?. Como dice el dicho popular “hasta el meter todo es prometer, después de metido nada de lo prometido”.

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