El refranero español es
rico en expresiones, de no más de dos frases, que sintetiza con claridad y al
alcance de todo “pichi” fotografías de la realidad, que a veces por exceso de
rigor académicos se suelen expresar en espesos y tediosos tratados.
Así sintetizar la
realidad circundante, sea esta local, regional, española, europea o mundial,
pudiera expresarse en “las malas noticias no viene solas o “cualquier tiempo
pasado fue mejor”, aunque yo utilizo la acuñada hace ya tiempo getafense a rabiar de “la cosa está
jodida como la Alhóndiga”.
La Comisión Europea tomando decisiones sobre el terreno
Acumulen estadios e
interpreten las señales: Europa se encuentra en estado catatónico. El
Mediterráneo es un enorme cementerio. La Pérfida Albión amenaza con abandonar
el barco. Siria, norte de África, Afganistán, Irak, Yemen…Ahora nos embarcamos
en un cochambroso mecanismo de devoluciones masivas en caliente y a pronto pago
con Turquía. El fascismo avanza, urnas por delante, de Este a Oeste y de Norte
a Sur. Sumen a esto la pérdida de derechos sociales y económicos del común de
los mortales, y no digamos de los mínimos derechos políticos de que disfrutábamos
hasta recientes fechas libertad de expresión o manifestación por ejemplo (Ley
mordaza, Código Penal,…).
Bueno, no parece que sea
muy halagüeño el presente, y aun menos el futuro.
A este desaguisado sumen
lo que nos viene desde el Atlántico, y no me refiero al por si devastador “El
Niño” sino a Donald, y tampoco es el cascarrabias Pato de la factoría Disney,
me refiero al denostado pero muy votado DONALD TRUMP.
No sé si EE.UU copia a
Europa, o esta copia al primero, pero lo cierto es que de sus propuestas a
corto plazo solo pueden alegrarse las constructoras. Los muros son las
soluciones. En Yankilandia triunfa como patrón de respetabilidad el ser WASP,
en Europa cambien el ser anglo-sajón por germánico y prácticamente es lo mismo.
Recuerdo con pasmo la
discusión, en su día planteada, de que si debiera formar parte de los
principios en que se debiera desarrollar el futuro de la Unión política Europea
en el de sus raíces cristianas.
Visto lo visto ante la
impudicia aplicada a los miles de asilados que se hacinan en nuestras fronteras
yo reivindico el más que cristianísimo derecho al asilo eclesiástico.
‘Exilio’ de Pablo Neruda
Exilio
Entre castillos de piedra cansada,
calles de Praga bella,
sonrisas y abedules siberianos,
Capri, fuego en el mar, aroma
de romero amargo
y el último, el amor,
el esencial amor se unió a mi vida
en la paz generosa,
mientras tanto,
entre una mano y otra mano amiga
se iba cavando un agujero oscuro
en la piedra de mi alma
y allí mi patria ardía
llamándome, esperándome, incitándome
a ser, a preservar, a padecer.
El destierro es redondo:
un círculo, un anillo:
le dan vuelta tus pies, cruzas la tierra,
no es tu tierra,
te despierta la luz, y no es tu luz,
la noche llega: faltan tus estrellas,
hallas hermanos: pero no es tu sangre.
eres como un fantasma avergonzado
de no amar más que a los que tanto te aman,
y aún es tan extraño que te falten
las hostiles espinas de tu patria,
el ronco desamparo de tu pueblo,
los asuntos amargos que te esperan
y que te ladrarán desde la puerta.
Pero con corazón irremediable
recordé cada signo innecesario
como si sólo deliciosa miel
se anidara en el árbol de mi tierra
y esperé en cada pájaro
el más remoto trino,
el que me despertó desde la infancia
bajo la luz mojada.
Me pareció mejor la tierra pobre
de mi país, el cráter, las arenas,
el rostro mineral de los desiertos
que la copa de luz que me brindaron.
Me sentí solo en el jardín, perdido:
fui un rústico enemigo de la estatua,
de lo que muchos siglos decidieron
entre abejas de plata y simetría.
Destierros! La distancia
se hace espesa,
respiramos el aire por la herida:
vivir es un precepto obligatorio.
Así es de injusta el alma sin raíces:
Rechaza la belleza que le ofrecen:
Busca su desdichado territorio:
Y sólo allí el martirio o el sosiego.
Entre castillos de piedra cansada,
calles de Praga bella,
sonrisas y abedules siberianos,
Capri, fuego en el mar, aroma
de romero amargo
y el último, el amor,
el esencial amor se unió a mi vida
en la paz generosa,
mientras tanto,
entre una mano y otra mano amiga
se iba cavando un agujero oscuro
en la piedra de mi alma
y allí mi patria ardía
llamándome, esperándome, incitándome
a ser, a preservar, a padecer.
El destierro es redondo:
un círculo, un anillo:
le dan vuelta tus pies, cruzas la tierra,
no es tu tierra,
te despierta la luz, y no es tu luz,
la noche llega: faltan tus estrellas,
hallas hermanos: pero no es tu sangre.
eres como un fantasma avergonzado
de no amar más que a los que tanto te aman,
y aún es tan extraño que te falten
las hostiles espinas de tu patria,
el ronco desamparo de tu pueblo,
los asuntos amargos que te esperan
y que te ladrarán desde la puerta.
Pero con corazón irremediable
recordé cada signo innecesario
como si sólo deliciosa miel
se anidara en el árbol de mi tierra
y esperé en cada pájaro
el más remoto trino,
el que me despertó desde la infancia
bajo la luz mojada.
Me pareció mejor la tierra pobre
de mi país, el cráter, las arenas,
el rostro mineral de los desiertos
que la copa de luz que me brindaron.
Me sentí solo en el jardín, perdido:
fui un rústico enemigo de la estatua,
de lo que muchos siglos decidieron
entre abejas de plata y simetría.
Destierros! La distancia
se hace espesa,
respiramos el aire por la herida:
vivir es un precepto obligatorio.
Así es de injusta el alma sin raíces:
Rechaza la belleza que le ofrecen:
Busca su desdichado territorio:
Y sólo allí el martirio o el sosiego.
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