sábado, 14 de enero de 2012

¿De que renovación nos hablan?


Sin ánimo de inmiscusión alguna en los debates de los demás, y mucho menos de entrar en preferencias que ni van ni me vienen, quisiera retomar la publicación haciendo un breve comentario a la decisión del PSOE, verbalizada por su Secretario de Organización de impedir debates entre los dos candidatos a la Secretaria General del PSOE.

¿Es un bandazo más en sus estrategias de comunicación? ¿O es una apuesta decidida del aparato por favorecer a alguno de los candidatos?

Si recordamos el episodio reciente de elección de los candidatos a las no lejanas Elecciones autonómicas y locales, se ha pasado del modelo pasarela Cibeles del combate Gómez-Jiménez en Madrid a una especie de resolución del Congreso vía vaticana, con su Colegio Cardenalicio enclaustrado y sus feligreses a la espera de la fumata blanca.

Una formación política en pleno y constante adaptación al modelo “Made in USA” o si quieran atlantista (sistema electoral bipartidista, hiperliderazgos en sus modelos de aparición pública, desarrollo de modelos de medios de comunicación bipolarizados y con fuerte control de aparición en los mismos de “outsiders”,…), si lo comparamos con el proceso de elecciones puesto en marcha en su modelo de referencia los EE.UU es cuando menos desconcertante.

Observemos las primarias republicanas: Prolongada y agotadora campaña, los candidatos (muchos más que dos) acabarán con más de 20 debates en prime time.

Es obvio que los candidatos tiene posturas políticas bien conocidas y de hecho no demasiado alejadas entre sí, pero los militantes del partido, los votantes, pueden ver, después de darse caña a tope, posiciones políticas que no viene en sus definitivos programas, sino que candidato puede ofrecer desde sus convicciones mayor confianza en como pueda desarrollarlas. Pero el modelo ofrece otra gran ventaja: publicidad gratuita para las ideas de su partido político.

No creo ofender a nadie si valoro la situación actual del PSOE como calamitosa, y al presentar a dos candidatos que realmente no conoce desde la perspectiva del liderazgo, es desaprovechar una gran ocasión.

Uno dice que no se presentaría si no tendría diferencias con su rival, la otra dice que tiene mucha ilusión y ganas: ¿Solo es esto? ¿Uno gana y otro pierde?  Creer que si no dicen en público las cosas en las que no están de acuerdo es el camino, volverán a la senda del zapaterismo denostado en las urnas. Tal vez sería más rápido, barato e inteligente jugarse a los chinos la secretaría y las cañas.

Don Marcelino Iglesias juega de momento a favor de obra, de bando o de no se sabe qué, pero de algo. Las cocinas están a toda máquina y las mesas vacías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los que hemos trabajado con IU no entendemos este post (si el sr. moderador me lo permite y publica y el comentario). ¿Vamos a dar clases de cómo debe funcionar un partido los que lo volamos diariamente? Pena, penita, pena que decía la copla