En todo español o española hay un entrenador de la selección, y parece ser que también un aspirante a contertuliano como analista de la más rabiosa actualidad política.
Hace unos meses se planteo un enjundioso debate de si “el siete de España” debiese o no ir a la selección. Nadie negó la legitimación del seleccionador. Del final de la historia ahorro comentario alguno. ¿Que fue de Baby Jean Raúl?
Parece que las opciones de unos deben ser imposiciones a los otros, eso sí, obviando normas y correlación de fuerzas. Inaudito.
Creo que todos lo tenemos claro, excepto algún despistado que, ante el escandaloso ruido que algunos están montando, se ha sumado al aquelarre. Repito todos lo tenemos claro, no nos engañemos y por supuesto no intentemos engañar a nadie, ya veis como se ha puesto la cosa de las excomuniones.
Vamos a ver, si ha habido debate sobre los posibles candidatos, el mismo no es suficiente por que no se ha planteado por los cauces orgánicos. Si la Presidencia de Izquierda Unida los designa por los cauces orgánicos no vale por que se supone que debería ser de otra forma.
En fin todo a favor o a contra de obra según convenga.
Como uno tiene un gran concepto de uno mismo, y no se ve representado ni dando poderes, Izquierda Unida a lo largo de su existencia ha presentado variopintos candidatos/as, y el que suscribe solamente ha centrado su atención en que los mismos hayan sido designados de acuerdo a las normas internas y, más importante, en la propuesta programática.
Respetando a los que creen que otra forma de hacer las cosas es posible solo se les pide que hasta ese “advenimiento de la verdad” respeten las reglas del juego. Por último, no deja de ser curioso que todos aquellos que acudieron a Rivas con una pala para enterrar al enfermo ahora concurran en “éxtasis Teresiano” o “revelación Tomista”, a arreglar, desde fuera, lo andado desde diciembre de 2008.
Más Salud y Republica si cabe.
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