sábado, 16 de mayo de 2009
Hayek y Mariño: camino de equivocación
Uno de los grandes desafíos del desarrollo sostenible es el poder combinar los deseos de prosperidad económica y el bienestar social de la sociedad.
El pasado jueves en la Asamblea de Madrid se discutía la política de rehabilitación de Doña ESPE.
La defensa de la inexistencia de política alguna al respecto corrió por cuenta de la Consejera de Ordenación del Territorio, Medioambiente y Vivienda Doña Ana Isabel Mariño. Locuaz y pizpireta la Consejera.
El debate discurría en términos clásicos del Partido Popular, es decir, lo suyo es bueno, lo de los demás malo.
En plena”zurra dialéctica” al representante del PSOE, Don Antonio Gordillo, cambio el tercio y nos marco una “chapa” o “crocreta” de sus referentes ideológicos: Friedrich von Hayek.
Básicamente, el economista de cabezera de los Reagan, Thatcher, Aznar y Doña ESPE, se define como partidario del libre mercado sin reglas ni regulaciones, por la práctica desaparición de las políticas públicas y por modelo impositivo que se puede sintetizar en el siguiente sofisma: una alta tributación sería un “camino a la servidumbre”, una amenaza para la misma libertad. Es decir, más ideología que economía. Ya saben unos pocos vales más que unos muchos.
La falacia de la propuesta hoy es demostrada de forma empírica. En las democracias sólidas y vigorosas, un Estado social de bienestar generoso no es un camino a la servidumbre sino a la justicia, la igualdad económica y la competitividad internacional.
La negligencia malintencionada del capitalismo, culpable directo de la actual crisis económica y financiera, es el resultado de estos visionarios de pensamiento único.
La Consejera no solo se equivoca en su política de rehabilitación, su política es en si una equivocación
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