¡Cuantas veces por
ruines,
con encontrados fines,
traban lid importuna
dos enemigos fuertes,
y no les dan ninguna,
por querer con afán
darles dos muertes!
Una antigua fábula oriental “el
círculo de tiza” cuenta que dos mujeres someten ante un mandatario una
disputa de maternidad. Ambas aseguran haber dado a luz al bebé.
El mandatario acoge al recién
nacido en su regazo, y escucha las demandas.
“Ella me lo robó mientras
dormía”, dice una.
“Ella miente”, dice la otra.
“Silencio”, clama el mandatario.
Dibuja un círculo de tiza en
el suelo y coloca al bebé en el centro.
Coloca a las madres a ambos.
“La que tire del niño con
más fuerza se quedará con el recién nacido”.
“Pero el bebé podría morir”,
Clama una de ellas con desasosiego.
En el Libro I de los
Reyes (3: 16-28)
«Ésta afirma: “Mi hijo es el
que vive y tu hijo es el que ha muerto”; la otra dice:
“No, el tuyo es el muerto y
mi hijo es el que vive.”» Y añadió el rey:
—Traedme una espada.
Y trajeron al rey una
espada. En seguida el rey dijo:
—Partid en dos al niño vivo,
y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra.
Entonces la mujer de quien
era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su
hijo), y le dijo:
— ¡Ah, señor mío! Dad a ésta
el niño vivo, y no lo matéis.
—Ni a mí ni a ti; ¡partidlo!
—dijo la otra.
Entonces el rey respondió:
—Entregad a aquélla el niño
vivo, y no lo matéis; ella es su madre.
Bertolt Brecht hizo una versión marxista de esta historia, en la obra de teatro
El círculo de tiza caucasiano.
Durante una revuelta, una
mujer de la nobleza abandona a un niño, que es recogido por una sierva quien
decide criarlo. Luego la madre biológica regresa y lo reclama. ¿Cuál de las dos
merece quedarse con él?
Se organiza un juicio para
determinar cuál de las dos mujeres debe conservar la custodia. Se decide que el
niño quedará con aquélla que consiga sacarlo de un círculo diseñado con tiza,
agarrándolo cada una de un brazo.
Pese a la victoria de la
noble, el juez atribuye la custodia a la sierva.
Tanto la fábula oriental,
como la bíblica y la laica coinciden: ninguna madre verdadera estaría de
acuerdo en sacrificar al niño. Preferiría perderlo antes que dejarlo morir.
En el choque de trenes que
Gobierno Central y Catalán, en los que ninguno de los dos cede en sus supuestos
“derechos”, prefieren morir matando que vivir cediendo. No es nuevo en la
Historia de España, donde se prefiere llamar primero a filas que a consensos.
Se podría estar dibujando un
círculo de tiza en este momento. Solo la ciudadanía podrá dar continuidad a la
fábula obligando a recapacitar, dialogar y consensuar.
Es nuestro País, no su
cortijo.
«¡Oh, quantum, en un
libro de latín, Est in rebus inane!» Blas leyó;
Y como nada de ello
comprendió,
Endosólo á un Barbero
zarramplin.
Este se vió apurado, y
dijo: «Oh Deus! Oh maldito latín! oh mea meus!»
Mas luego gritó ufano:
«ya salió!» Esta á Blasillo traducción le dió:
«Oh Dios, CUANTOS
ENANOS HAY EN REUS!»